En la denominación del municipio hay quien ve una alusión directa a la abundancia del cultivo de calabazas en la zona. De fundación medieval, tras la Reconquista, como otros pueblos del entorno, Calabazas aparece ya mencionado en un documento del año 1247 como Calabaças, denominación de la que deriva su actual nombre.
CALABAZAS, El pueblo. Localidad de 78 habitantes perteneciente al partido judicial de Cuéllar situada a 3 Km. al oeste de Fuentidueña y a 80 kilómetros de Segovia ciudad. En 1247 aparece mencionado ya como Calabaças. Entre las construcciones más importantes de este lugar está la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que se sitúa en un otero dominando el pueblo, es obra del siglo XVI y destaca la fachada plateresca del lado sur que porta los escudos de los Luna y Mendoza, por lo que es probable que esta portada proceda del antiguo hospital de la Magdalena de Fuentidueña que fue fundado en 1540 por vía testamentaría de doña Mencía de Mendoza, casada con don Álvaro de Luna, condestables de Castilla. También se conserva la ermita de san Roque. Celebra sus fiestas patronales en honor de la Virgen de la Asunción y san Roque respectivamente


viernes

EL CHITO, JUEGO POPULAR


El chito, con diferentes nombres, es un juego conocido y practicado en toda España,incluida Canarias, aunque presenta numerosas variantes de unas zonas a otras. Al ser un juego popular y no reglado más que por la tradición, se practica de forma peculiar en cada comarca, pudiendo encontrarse diferencias incluso entre localidades vecinas. También los Reglamentos que se han confeccionado para su práctica en competiciones oficiales pueden variar de unas provincias a otras.En la localidad segoviana de Calabazas de Fuentidueña (y suponemos que en todos los pueblos de alrededor)al cilindro de madera se lo llama únicamente "chito", y a los discos metálicos (pues son 2 en cada tirada) se los llama tangas. Normalmente las 2 tangas son diferentes: una, un poco más pesada que la otra, se tira primero para "arrimar", y luego la otra "a dar", aunque hay jugadores que prefieren hacerlo a la inversa. Si se juega por parejas, el primer jugador tira las dos tangas a dar, y ya arrimará su compañero. La distancia a la que se tira depende de los jugadores. El reglamento estipula 22 metros,que en el pueblo se miden mediante 22 zancadas. Se juega a la puerta del bar, donde se concentra la población y hay ambiente.El terreno de juego es la propia calle, de cemento.A veces se juega también en la carretera, sobre brea, donde las tangas rastrean mejor. El orden de tirada se establece "tirando a mano",lance que consiste en tirar a la inversa, es decir, del chito al "pato" (piedra, madera o raya en el suelo que señaliza el lugar desde el que deben tirar los jugadores al chito). El jugador o pareja que deje la tanga más cerca del pato (por eso este lance se llama también "tirar al pato" o "tirar a arrimar") comienza el juego, y luego los demás según el orden de arrimada. El orden importa mucho, pues jugando de a dinero puede resultar que el último jugador o pareja tenga que poner varias veces antes de tener ocasión de jugar, si los jugadores anteriores "la dan" y "se la llevan".Para tirar a mano se tira sólo una tanga por jugador o pareja.Cada jugador tira por turno dos tangas. El objetivo del juego es tirar el chito y ganarse el dinero ("llevársela"). Para llevársela, las monedas tienen que estar más cerca de la tanga que del chito, lo que a menudo se ve a simple vista, pero en algunas ocasiones hay que recurrir a "medirla", lo que, según la distancia, se hará recurriendo al cinto o a una cuerda, o si está más lejos, echando pasos, pies, manos y dedos, pues no es frecuente que entre los participantes o espectadores alguien tenga un metro. Si tira el chito con la primera y "se la lleva" (es decir, las monedas quedan más cerca de la tanga que del chito), recoge el dinero, se levanta el chito y todos vuelven a poner para que tire la segunda. Es difícil llevársela con las dos tangas (es decir, dos veces en una sola tirada), pero puede verse si se juega mucho. Si tira el chito con la primera tanga, pero no se la lleva, tiene que tirar la segunda, y puede hacerlo de dos maneras: o "a arrimar", es decir, procurando dejar la segunda tanga más cerca del dinero que el chito; o "a dar", es decir, a dar al chito para alejarle más de las monedas y llevársela con la posición de la primera tanga. Si se juega de a parejas, el primer jugador puede dejar la mano a su compañero si él no la gana, cosa que se hace habitualmente, salvo cuando la tirada es difícil y merece más la pena levantar el chito. Siempre que se levanta el chito hay que "poner" (poner cada uno su moneda encima del chito), si se la han llevado; o "engordar" (poner, pero cuando se ha tirado el chito y no se la han llevado o no se lo han llevado todo, pues a veces sucede que las monedas salen desparramadas al tirar el chito y unas quedan más cerca de la tanga, pero otras no, en cuyo caso el jugador correspondiente sólo se lleva las primeras.

miércoles

IGLESIA DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCION





















Esta situada en una colina que domina el pueblo, orientada al Este. Debió edificarse sobre una primitiva iglesia románica en los siglos XII o XIII construida en piedra, ha sufrido importantes modificaciones a lo largo de los años.La fachada principal, orientada al Sur, presenta una portada realizada posiblemente para el Hospital de la Magdalena de Fuentidueña, desde donde se traslado posteriormente. Es de estilo plateresco, con arco de medio punto sobre pilastras molduradas, todo ello enmarcado por pilastras cajeadas con decoración figurada en sus tres lados, sobre loas que descansa un friso también decorado. En el arco aparecen los escudos del los Luna y Mendoza.










ES TIPICO EL CONCURSO DE DISFRACES EN
LAS FIESTAS DE AGOSTO. A LAS 12 DE LA
NOCHE ACUDEN DISFRAZADOS A LA PLAZA.
DONDE LOS PEQUEÑOS DISFRUTAN DE LA
FIESTA A TOPE. BUENO Y ALGUNOS MAYORES.

LAS BODEGAS
















Las bodegas de Calabazas conservan el vino que elaboran sus vecinos de forma artesanal
Una pequeña puerta abierta en la roca da entrada a todo un mundo bajo tierra. Por una escalera se accede hasta el interior de la bodega. Allí no existe el calor. Son el mejor remedio para huir de las sofocantes jornadas estivales. La temperatura, siempre fresca, se mantiene casi igual a lo largo del año y conserva en su interior bebidas o alimentos sin necesidad de electricidad. Allí reposan las botellas del vino de cosecha elaborado con los racimos de los majuelos que salpican los bellos paisajes de Calabazas, en un valle poblado de quejigos y matorrales regado por las fuentes naturales como la del Lobo, la de la Sombría o la del Moro que brotan por los rincones. Y es que los viñedos de Calabazas se encuentran en una zona de difícil acceso que, unida al descenso de población, ha provocado que muchas cepas se hayan perdido. Pero eso no significa que todavía no haya familias que sigan cultivando las vides con las que luego elaboran sus particulares caldos. «Todavía hay dos o tres vecinos que hacen vino propio», apunta el alcalde de la localidad, Fernando San Juan Galindo, quien se encuentra entre ese reducido grupo de familias que todavía vendimian y hacen vino.Otros, aunque no cuenten con majuelos, no renuncian a la tradición y al placer de degustar aquello que ellos mismos elaboran y compran la materia prima en la cercana localidad de Valtiendas para luego elaborar su propio vino de cosecha. Comprar el mosto y dejarlo que fermente en la bodega es otra de las opciones en este pueblo que no renuncia a esta tradición vitivinícola, mucho más arraigada entre todos los vecinos hace unos años.LagaresDe hecho, en el pueblo existían unos lagares públicos en los que los vecinos prensaban la uva que luego se convertía en su propio vino. Ahora estos ya no funcionan, aunque en alguna bodega particular todavía se conservan estos instrumentos que algunos continúan utilizando. En lagares, en prensas o de cualquier modo, «cuando hay tiempo y cada uno como puede», el inicio del otoño trae hasta Calabazas la cita en las bodegas para preparar los caldos que luego degustan en las meriendas que no faltan durante los fines de semana y, sobre todo, durante la primavera y el verano. Unas meriendas que se trasladan desde las bodegas que cada familia de Calabazas tenía excavada en la roca hasta los mesones particulares construidos a la entrada. Un pequeña estancia en la que, junto a la comida, nunca puede faltar ese vino propio elaborado cada año con tanto esmero.
















TODOESPONERSE
Los vecinos de Calabazas celebran dos fiestas en treinta días. El verano comienza con mucha actividad en Calabazas, un pequeño pueblo de apenas sesenta habitantes. El primer o segundo fin de semana de julio la asociación cultural Todoesponerse se encarga de organizar los festejos en honor de Santa Isabel con dos días de velada nocturna, uno con orquesta y otro con una discomovida. Un mes después, los vecinos tienen otro motivo de unión y celebración: las fiestas de San Roque, que se adelantan del 16 de agosto al fin de semana anterior «para no coincidir con los pueblos más grandes y porque los grupos en esas fechas cuestan mucho», explica el alcalde, Fernando San Juan. Y es que, aunque pequeño en habitantes, Calabazas no renuncia a sus tres días festivos, dos animados por las canciones de la orquesta y otro por una discoteca móvil. Y sin tiempo para descansar, llega la semana cultural, organizada después de las fiestas mayores por la asociación cultural puesta en marcha hace unos años y que incluso cuenta con un local propio para celebrar otras actividades
Publicado por calabazasdefuentidueña en 15:54 0 comentarios
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